Es quizás el ámbito educativo, uno de los últimos en integrarse en el mundo hegemónico de las nuevas tecnologías en soluciones para educación, como las pizarras interactivas y los diferentes software para educación. En esta integración es clave la figura del profesorado, que se ha tenido que adecuar a nuevos materiales, nuevos medios y nuevos tiempos, viéndose obligado a cambiar principalmente la forma de transmitir los conocimientos a sus alumnos, que ya no son meros observadores, si no que pasarán a ser parte activa de las clases y por lo tanto de su propia formación. En pocos años la típica imagen del profesor frente a la pizarra escribiendo ejercicios para sus alumnos supondrá un mero recuerdo.

Las aulas se han visto sometidas a una serie de cambios físicos en poco tiempo.  Llegar a este punto no ha sido fácil, se ha precisado una serie de inversiones presupuestarias, una formación continuada del profesorado, y  una serie de cambios en los modelos de enseñanza, en los que se pretende hacer, en todo momento del alumno, la parte activa y participativa de la formación.

Diversos estudios dejan patente, el rotundo éxito de este nuevo sistema de formación, siendo beneficioso tanto para los alumnos como para cuerpo docente. El dinamismo que se alcanza con estos nuevos recursos tecnológicos, dista mucho de la tan temida monotonía que solía presidir las aulas.

Es importante señalar también lo que el uso de esta nueva tecnología ha supuesto para los alumnos con Necesidades Educativas Especiales. Gracias a las nuevas herrramientas pueden seguir el ritmo de una clase común, recibiendo el mensaje por partida doble al no ser recibido sólo de mano del profesor, si no también, a través de las diversas herramientas de la pizarra interactiva. De igual manera el uso de imágenes y de vídeos aporta un complemento, al contenido educativo, que se vuelve indispensable para este grupo de alumnos.

A día de hoy aún se puede decir, que nos encontramos en una época de transición en la que muchos centros, todavía se encuentran ante la tarea de transformar sus aulas y formar a su personal docente adecuadamente, para obtener el máximo rendimiento de las nuevas soluciones para educación.

La clave de todo este proceso se encuentra en poner al alcance del docente y de los alumnos los mejores recursos tecnológicos que logren una formación de calidad. Con la presencia de la pizarra digital, se intercala el uso de recursos informáticos y multimedia con la posibilidad en todo momento de interactuar, haciendo que las clases sean más atractivas y dinámicas, tanto para profesor como para el alumno. Cualquier tipo de duda o curiosidad, ahora, se puede resolver en el mismo momento, ya que toda la información de la red se encuentra literalmente al alcance de la mano, pudiendo además recurrir a todo tipo de materiales  audiovisuales que afiancen y complementen la explicación, sin suponer esto un trastorno para el profesor, ya que ahora todas estas opciones se aúnan en la misma herramienta.

Es por todas estas razones por las que los centros educativos se encuentran totalmente involucrados en la evolución de sus aulas y de sus sistemas de enseñanza, haciendo de las pizarras interactivas un reclamo indispensable para sus centros formativos.

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