Tal y como reconocen los expertos, las tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se están implantando en el mundo educativo de diferentes formas. Entre los recursos que más se han instalado en las aulas, se encuentran las pizarras interactivas con los proyectores de corta y ultra corta distancia. La pizarra interactiva ha permitido innovar en la educación, mejorando la motivación y atención del alumno, especialmente de aquellos con dificultad severa para el aprendizaje. También fomenta el aumento de la participación en clase gracias a la variedad de software educativo del que se dispone.
Las últimas novedades para el aula son los monitores interactivos. Táctiles y de gran formato (hasta 84″), no necesitan proyector, con lo que suponen un ahorro en consumibles y en instalación. Ideales en soportes con ruedas, para poder trasladarlos entre aulas.
Tanto los profesores como los alumnos tienen a su disposición sistemas capaces de visualizar e interactuar sobre cualquier tipo de documentos, Internet o cualquier información de la que se disponga en diferentes formatos, como pueden ser presentaciones multimedia o vídeos.
Además hay que contar con el software educativo, que avanza día a día dotando de más recursos a las aulas, para fomentar la participación y el aprendizaje colaborativo. El software educativo tiene una gran variedad de recurso. Ejemplos son el Softwate Starboard de Hitachi que permite, capturar o escribir sobre cualquier fondo de pantalla, incluidos ficheros u otros programas del propio ordenador. Utilizar plantillas e imágenes predeterminadas, accesorios como el foco, la cortina o la captura de imágenes. También permite grabar una clase en formato de vídeo, con audio incluido. Así mismo, todo lo que se hace se va guardando automáticamente, y se puede imprimir o exportar los datos al PC en cualquier momento. DisplayNote, por ejemplo, es un software que permite a los profesores controlar la presentación desde una tablet o smartphone y compartir contenido con los alumnos a través de los dispositivos, tanto en la nube como en una red inalámbrica. Los alumnos pueden capturar el contenido que presenta el profesor en su dispositivo, agregar sus propias notas y colaborar con los demás.
Hasta ahora esto ya es una realidad cada vez presente en los diferentes colegios e institutos españoles. En cambio, expertos dibujan cómo será la educación del futuro en el año 2030. Los colegios e institutos tienen ya ordenadores, wifi, pizarras digitales, monitores interactivos o páginas webs donde cuelgan los apuntes… en cambio, “el sistema educativo está agotado, aburre a los alumnos, por eso hay tanto fracaso”, opinan los especialistas.
De aquí a 2030 la organización WISE (Cumbre Mundial por la Innovación en Educación, de sus siglas en inglés, creada por la Fundación Qatar) ha imaginado cómo será la escuela del futuro, las clases tradicionales desaparecerán, el profesor cambiará su rol, el temario será más individualizado para cada estudiante, y los conocimientos académicos perderán peso en favor de las habilidades personales y las competencias.
A corto plazo, dentro de un par de años, los centros educativos verán introducir cambios metodológicos como el aula invertida (flipeed classroom). Con este método, que ya es una realidad en algunos centros españoles, los alumnos hacen el trabajo de la obtención de información en su casa para luego utilizarlo a la hora de la clase y ponerlo en común o plantear dudas al profesor. De esta manera se aprovecha mejor el tiempo en el aula. Otro de los cambios más próximos es la introducción del llamado Learning Analytics en la educación. Esto es, la utilización del big data (cantidades masivas de datos de cuyo análisis se extrae información y conclusiones) para detectar las decisiones tomadas en diferentes sectores educativos, que cruzadas con el rendimiento de los estudiantes, pueden traducirse en proporcionar aprendizajes personalizados o identificar problemas: qué funciona y qué no.
De aquí a tres años se apuesta por el uso de la impresión 3D, los videojuegos y la llamada gamification. A día de hoy el 3D está restringido por su elevado precio, pero las ventajas son evidentes: reproduce y estudia en clase elementos que de otra manera serían inaccesibles para los alumnos.
Por último, los expertos aseguran que de aquí a cuatro o cinco años, aparecerá el Quantified Self. A partir de esta “automedición” o monitorización de datos con tecnologías portátiles (como hacen los móviles, o la futura ropa inteligente, los wearebles). La combinación de la información obtenida del learning analytics con estos datos personalizados podría revelar cómo las modificaciones del contexto mejoran los resultados del aprendizaje.
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