Los documentos audiovisuales tales como las películas, los programas de radio y televisión, y las grabaciones de audio y video son patrimonio de todos y contienen información clave de los siglos XX y XXI, que forma parte de nuestra historia e identidad cultural. Las nuevas tecnologías de sonido e imagen nos facilitaron nuevas técnicas para expresar nuestra creatividad. Además, nos permitieron traspasar fronteras y saltar barreras lingüísticas, culturales y sociales que impedían la difusión de la información, como pudiera ser el idioma o la alfabetización.
Sin duda, los documentos audiovisuales transformaron la sociedad y pasaron a complementar los escritos. Desde que la industria audiovisual se inventó se comenzaron a generar grandes producciones con gran valor histórico y cultural, y lamentablemente muchas de ellas están desapareciendo.
Es precisamente por este motivo por el que la UNESCO aprobó en 2005 la celebración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, cada 27 de octubre, como mecanismo para concienciar al público sobre la necesidad de tomar medidas urgentes y reconocer la importancia de este tipo de documentos. El Programa Memoria del Mundo también impulsa la valiosa labor de los profesionales que se dedican a la preservación y ayuda a gestionar los aspectos técnicos, políticos, sociales y financieros, entre otros, que amenazan la salvaguardia del patrimonio audiovisual.
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